
La marca lo es todo. Cuando vayas a una reunión tu cliente potencial ya se habrá dado una vuelta por tu web y tus perfiles sociales, y ello ya le habrá predispuesto en tu favor… o en tu contra. Si en esa visita previa vía web tu cliente encuentra un logo mejorable en una web basada en una plantilla gratuita o sin dominio su percepción de tu trabajo, aunque no te dediques al diseño, puede ser negativa. El logo, la web, la línea gráfica… trabajan por nosotros en numerosas ocasiones. No desaproveches la oportunidad de predisponer a tus futuros clientes a tu favor.
En nuestra experiencia nos hemos encontrado con clientes que entendían que no necesitaban una web… hasta que alguien les dijo que esa cuestión les había generado desconfianza. La excusa del gran coste de una web no es cierta: actualmente se puede disfrutar de una buena página, realizada por profesionales, por muy poco dinero. Y, en todo caso, la inversión será suficientemente amortizada en ese intangible que llamamos imagen, que es el que nos abre puertas comerciales. Lo mismo ocurre con otros materiales como tarjetas de visita, presentaciones o cualquier otro soporte en el que tengamos la necesidad de plasmar el nombre de la empresa.
Que tu imagen corporativa sea tu primer embajador no tiene precio.